¡Cómo crecen los niños! Por eso este verano aproveché para renovar la decoración del cuarto de mi hija pequeña que tenía estos dibujos tan bonitos que le pinté cuando era un bebé:
Así es que busqué algo que fuera con su edad y forma de ser. Cuando nacen los hijos no sabemos cuál será su carácter pero cuando van creciendo vamos conociéndoles día a día y… ¡qué diferentes son entre sí, un hermano de otro! Las mías no tienen nada que ver entre ellas y creo que por eso se llevan tan bien, se pasan horas jugando, con sus discusiones pero… eso es lo normal dentro de las relaciones ¿verdad? hasta en los mayores.
Bueno, a lo que iba, a mi hija le encanta reir y hacer reir, es una niña muy alegre. La habitación la hemos pintado en dos tonos, dos paredes en rosa chicle (supuestamente frambuesa) y las otras dos de blanco para crear un contraste. La verdad es que el color al principio me parecía que iba a ser demasiado fuerte, pero salí de dudas al ver la cara de mi hija ¡qué ilusión le hizo!, tanto le gustó, que ella y su hermana se pusieron a hacerse entrevistas muy divertidas sobre qué les parecía el cuarto… ¡se grabaron con la cámara del móvil y todo!
Después dibujé una niña subida en un columpio de árbol, una niña alegre, disfrutando.
Yo creo que ha quedado genial, me encanta hacerles estos dibujos a mis hijas, porque además sé que a ellas les gusta también.
Os ánimo a hacer estas cosas. Podéis encontrar un montón de vinilos de pared con ideas preciosas, pero pintarlo una misma no es tan difícil, puedes hacerlo imprimiendo y calcando en la pared o… con un proyector. Puedes elegir los colores más adecuados para su habitación, con pintura blanca y tintes, se pueden hacer los colores que quieras sin necesidad de comprar un bote de cada color; además creo que es bonito que tenga un dibujo hecho por mamá. No tienes que poner dibujos muy complicados ni demasiados colores, a mí me gusta mucho cuando la pared tiene un color y el dibujo es en blanco, o gris, un sólo color que contraste con el fondo.